PÁGINAS DE INTERÉS

EL ESPIRITU SANTO: LAS ARRAS DE NUESTRA HERENCIA




MENSAJE DOMINGO 04/11/2012

Filipenses 2
12  Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,

Efesios 1
13  En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14  que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.


1° Juan 4
19  Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.

Romanos 5
8  Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Efesios 2
1  Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

Mateo 10
22  Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo

1° Pedro 1
3  Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
4  para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
5  que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

1° Tesalonicenses 4
3  pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;

1° Tesalonicense 4
7  Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

Hebreos 6
4  Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5  y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6  y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
7  Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;
8  pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida,(A) y su fin es el ser quemada.

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